Padre Francisco Javier (sacerdote diocesano de Biar - Alicante - España)

>> Puedes ver la versión en vídeo de este testimonio transcrito, haciendo click sobre la fotografía.

 

Me llamo Francisco Javier y soy de Alicante, de la diócesis de Orihuela - Alicante. Tengo 34 años y ahora soy sacerdote en un pueblecito de Alicante que se llama Biar. También me encargo del tribunal de las causas matrimoniales.

Medjugorje para mí no es un lugar. Medjugorje para mí son dos personas, que son Jesús y María. Ya son bastantes años los que llevo viniendo, unos siete u ocho años (ya he perdido la cuenta). Pues si alguien me pregunta, sería esto lo que le diría. Para mí Medjugorje es Jesús y María. También alguien me podría decir, sobre todo algún sacerdote, “¿y es que en tu parroquia no están Jesús y María? ¿No está el Sagrario?”. Pues sí que está. Pero a mí me gusta decir que, a veces, tienes que venir aquí para darte cuenta de que Ellos están allí. Escuchar esto de boca de un sacerdote puede sonar raro. Alguien puede decir, “tú eres sacerdote, estás ordenado, has estudiado Teología, tú tienes super claro que Jesús está en el Sagrario, no hace falta que te vayas a buscarlo a ningún sitio”. Pero yo lo vivo así. Y nadie me va a comprender si no viene a Medjugorje. Si me estás escuchando, tú puedes pensar “este cura está loco; tiene en su parroquia el Sagrario, seguro que tiene una imagen de la Virgen María que quiere mucho, y ¿se tiene que ir allá?, ¿a decir que allí encuentra a Jesús y a María?”. Pues sí. Este sacerdote, Francisco Javier (Fran) se tiene que venir a Medjugorje para recordar lo que tiene allí.

Cada persona que viene aquí, a Medjugorje, y yo en estos años pues he conocido ya a bastantes personas, cada una lo vive de una manera. Hay quien lo vive con una emoción desbordante, hay a quien le cuesta más entrar, hay quien viene con unas expectativas tremendas y hay otros que vienen, un poco, a observar y a mirar. Pero, al final, yo creo que todos se vuelven pensando esto: aquí están Jesús y María. Y esto es lo que yo percibo. Hay que te lo cuenta desde su historia personal, pero yo creo que esto lo compartimos todos. Que vienes aquí y, entonces, dices “cuando vuelva a mi parroquia voy a visitar más al Señor, voy a rezarle más a la Virgen”. Lo repito, aquí vienes a darte cuenta de que los tienes allí.

Además, yo lo vivo en mi vida personal. Cada uno tenemos nuestra historia, ¿no? Para mi vida personal y sacerdotal, que son lo mismo, cualquier lugar en el que la Virgen María esté de una manera especial, para mí ya lo tiene todo. Entonces, como Ella es la que me ha ido cuidando desde que soy pequeñito, y así lo he vivido, pues venir aquí es un regalo más de Ella. Siento que Su manto, aquí, también me cubre. Como que ese manto me ha ido arrastrando aquí y me dice “ven aquí, que aquí también te quiero cuidar”. Para mi vida sacerdotal, no es importante. Es esencial. Los sacerdotes también lloramos, los sacerdotes también sufrimos, los sacerdotes también tenemos pecados. Y lo pasamos mal y nos equivocamos. Y en esos momentos, que todos los sacerdotes tenemos, a lo mejor nos cuesta más que cualquier otra persona, decir “estoy mal” o “lo estoy pasando mal”. Porque tenemos que dar la imagen de que todo va bien porque si que eres el “ejemplo” a seguir en tu parroquia ¿cómo vas a decir que estás mal?. Entonces, para mi vida personal y sacerdotal, Medjugorje es que la Virgen me dice: “Fran, ahora no estás bien. Vente conmigo y descansa un poco en mi amor”. Cuando vuelvo de Medjugorje y me preguntan ¿has descansado?, yo digo “físicamente, no” (risas); físicamente vuelvo muy cansado, porque no he parado, pero espiritualmente, vengo en brazos de María. Y, entonces, vengo mejor.

Este año 2022 he cumplido diez años como sacerdote. Y en estos diez años, Medjugorje es parte de mi vida sacerdotal. El primer año que vine con compañeros sacerdotes, y con Nikola e Irene, ellos nos decían “el año que viene nos vemos” y nosotros decíamos “a ver, todos los años no vamos a estar viniendo; pues un año, sí, un año, no…, ya veremos” (risas). A día de hoy, todos los años, al final, yo no sé por qué pero sí sé por Quién, termino aquí. Incluso, este año dos veces. La Virgen María es así. Te da más de lo que le pides. Ella te trae y te da lo que necesitas. Incluso, lo que no le pides. Esto es muy curioso, y a mí me pasa como sacerdote, que hay veces que pido mucho por mi parroquia, por mi familia, por una persona que te ha dicho “reza por mí”. Y, a veces, yo no le digo “te pido a Ti”. Esto es como cuando a los niños le dan el catálogo de los juguetes y dicen “quiero esto, esto y esto”, ¿no? Pues, a veces, a mí me ha pasado que he pedido la virtud de la paciencia, o ser más tranquilo, por ejemplo. Y, a veces, cuando vengo a Medjugorje he pedido de todo a Dios y de todo a la Virgen, pero no Les he pedido a Ellos, “te pido a Ti, Señor” o “te pido a Ti, Madre”. Bueno, pues aquí me di cuenta de esto, que cuando les pido a Ellos, todo lo demás viene: muchas virtudes y se curan o se endulzan algunos defectos que tengo, que son unos cuantos.

Para un sacerdote, o cualquier persona, que me vaya a escuchar o ver: si me has escuchado, Medjugorje para mí no es lugar. Medjugorje para mí es Jesús y María. ¿Y Medjugorje dónde está? Donde está el corazón de Jesús y de María. Para ti, sacerdote, que habrás escuchado de todo sobre Medjugorje, a tí, padre de familia, niño, joven… quien seas. Incluso, la persona que esté viendo esto y ya ha venido a Medjugorje. ¿Por qué no volver, si ya has venido? Y si no has venido todavía, afina el oído porque, a lo mejor, la Virgen te quiere hacer un regalo. Y ese regalo no es, voy a ir allí a ver si mi marido se convierte o voy a ir allí a ver si la Virgen me resuelve esto. No. Plantéatelo como: voy a ir allí a ver si así estoy un poquito más cerca de Jesús y de María. Yo te animaría a esto. Si empiezas a curiosear “es que los videntes” “es que el sol”, la luna, las estrellas, la tierra y todo lo que te dé la gana… Si empiezas con esas cosas, no vas a entender Medjugorje jamás. Aparte de que, cuando llegues a Medjugorje, lo primero que te van a decir es que nada de eso es importante. Si estas leyendo en Internet… quítate todo eso de la cabeza y piensa “es un lugar en el que Jesús y María están de una manera especial”, porque lo están. Entonces, ven. Escúchalos, porque te están llamando. Lo que pasa es que no te has enterado aún, pero te están llamando. Y ven. Ven, y encontrarás muchas cosas, te encontrarás con muchas personas, pero, sobre todo, te irás de aquí diciendo “estoy más cerca de Jesús y de María; del Señor y de la Virgen”.

Por añadir algo más, aunque vaya saltando un poco, como sacerdote, que esto no lo he dicho antes, uno ha estudiado Teología, lee mucho sobre la Virgen María… pero yo, siempre que vengo, cuando me voy, me voy con el regalo de que he conocido a una persona que, a lo mejor, te ha contado algo que, para ella o para él, te lo ha contado como algo natural, y a ti, como sacerdote, te cambia. O, cuando vuelves, con eso que te ha dicho esa persona, tienes para estar rezando un mes. Y tú dices, pero si esta persona no ha estudiado Teología, pero si esta persona no tiene una formación grande ¿cómo puede ser que a mí, sacerdote, me haya roto mis esquemas? Pues eso pasa aquí. Y te lo digo, a ti, sacerdote. Porque también aquí, la Virgen te da esas sorpresas. Que tú tienes tu manual de mariología, o no; que tienes un montón de libros de espiritualidad, que rezas el oficio, que conoces un montón de cosas, pero, de repente, llegas aquí y viene una personita, sencilla y buena, que se confiesa contigo, o que te pregunta algo, o que te dice algo y, de repente, tú, te quedas desarmadoEso es un regalo de Medjugorje, para ti, sacerdote, que te ayuda a ser humilde. Es decir, yo no lo sé todo y hay personas que, a lo mejor, están más cerca de Dios. Entonces, te vas de aquí y cuando vuelves a casa dices “cuánto tengo que aprender”. Para mí, son todo regalos. Todo regalos. Todo, todo. Así que, simplemente, te digo que Medjugorje es Jesús y María, que nos quieren, que han decidido hacernos un regalo especial, estando aquí con nosotros. Para que, así, cuando vamos a nuestras parroquias, a nuestro trabajo, cuando vamos al Sagrario de nuestra parroquia, digamos: está aquí.

Yo os animo a seguir esta llamada de Jesús y de María. Ellos nos están esperando a todos. A cada uno en su momento, tampoco hay que forzar las cosas. A lo mejor, dices “acabo de ver este video, pues me voy para allá”. No, cuidado, que la Virgen tiene sus tiempos y hay que respetarlos. Ella te preparará el camino. Preparará tu corazón para que vengas aquí, te encuentres con Ellos, y así te des cuenta de que están allí, y que te esperan. Lo he dicho ya mil veces, pero esto es esencial. Venir aquí es darte cuenta de que Ellos están allí. Así que, en nombre de Jesús y de la Virgen María, yo te digo que te esperan aquí con los brazos abiertos para llevarte en Sus brazos.   

 

Medjugorje, agosto 2022.

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